El Popular Muela e Gallo

10.08.2012 18:38

 

El Popular Muela e Gallo

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Juan Contreras fue uno de los personajes más populares y típicos de San Cristóbal, Estado Táchira, 

fueJuan Contreras fue uno de los personajes más populares y típicos de San Cristóbal, Estado Táchira, fue indudablemente un hombre de bien pero resulta que “Juancito” como le decían unos o “Muela de Gallo” otros, era un alma de Dios, alto flaco desgarbado y honesto, este humilde ser fue el “Office-boy” o “mensajero” de incontables comerciantes y personas de la San Cristóbal colonial la de los aleros de los techos rojos. Sus diligencias eran entre el antiguo Mercado Cubierto hoy en día el Centro Cívico de la ciudad y los comercios vecinos o bancos llevando encomiendas, dinero o pequeños paquetes, recibiendo para él algunas monedas, lochas o mediecitos de plata por su trabajo que guardaba celosamente en su faja de cuero, dicharachero, alegre, jovial y muy despierto con su traje. Un antiguo uniforme militar con su inconfundible gorra de oficial, su faja o bolsón donde guardaba los paquetes o cosas pequeñas que entregaba y su tradicional sonrisa que afloraba un singular y voluminoso diente por el cual se le dio el sobrenombre de “Muela de Gallo”, recorría las calles la mayor de las veces descalzo por mas que le regalaban zapatos o cotizas no se acostumbraba a ellas. Un día bien se vio en la necesidad de llevar una valiosa encomienda esta fue cuando sintiéndose enfermo se encaminó desde el centro de la ciudad a pie hasta el recién construido Hospital Central de San Cristóbal, donde llegó sin saber por donde entrar, se apostó a la entrada a observar la cantidad de gente que acudía al Hospital, se decidió a entrar por una de sus tantas puertas, y vagó varias horas por los relucientes pasillos del hospital subió y bajó pisos mas no quiso montarse en los ascensores le parecían muy extraños y en total para él era lo mismo subir o bajar por las amplias escaleras ya que estaba acostumbrado a estas hasta que se llegó a un piso que decía el letrero Sala para Hombres, se decidió a entrar, habló con las enfermeras indicándoles que se sentía enfermo que le dolía el pecho, estas le indicaron esperar un momento la consulta del médico, el cual acudió a los pocos minutos lo examinó y presuroso lo internó para hacerle unos exámenes médicos, fue llevado a un cómodo cuarto donde por primera vez descansó de tanto caminar y trajinar, luego fue llevado por las enfermeras a los chequeos médicos, esa noche comió y durmió en el hospital, a la mañana siguiente bien temprano como era la costumbre pasó el cura confesor o capellán del hospital, habló con él y se confesó luego de comulgar le dijo al sacerdote estar listo para llevar su última encomienda y este le dijo: ¿Cómo se te ocurre “Juancito”?, ¡Si estás de reposo absoluto por el médico!, Le dijo el cura. A lo que él ripostó muy sonriente, no se preocupe que voy por muy buen camino, tan solo le llevo mi alma a Dios, dicho esto falleció en su lecho de enfermo.